27 de octubre de 2010

¿Qué es la inseguridad?


Para todo término siempre hay miles de situaciones en las que se puede usar y cada una, aunque tengan una mínima parte de igualdad, significan distinto. La inseguridad es un sentimiento que surge en toda persona en la que teme que algo no hace bien, no tiene el cien por cien de apoyo y la confianza depositada en sí mismo es demasiado débil.
Aparece siempre que te propones algo. Embarcarte en una nueva situación en la que tu desconocimiento es muy básico o no posees las cualidades necesarias para ser totalmente aceptado. A todas esas personas inseguras una palabra de consejo, de ayuda, de ánimo o simplemente un gesto de aprobación es un gran alivio para ver que del todo no lo está haciendo mal, que se está esforzando y aún con las críticas sigue estando. Pero en estos tiempos quién se dedica uno a otro unas palabras de ánimo cuando únicamente nos miramos el ombligo.
Como tomarnos las cosas es también algo difícil. Una mirada por ejemplo, cuando se está inseguro, es siempre complicada darle una explicación, no sabemos si esa mirada es simplemente una pasada con la vista mirando lo que haces o se te están riendo en tu cara porque saben que estás haciendo el ridículo. Una frase un tanto puntillosa, nos la tomamos como qué gracioso esta persona, qué cabrón y se suelta una risa, o nos lo tomamos como ya está dando por culo y se está riendo de mí porque sabe que no lo hago bien. Un cuchicheo, una risita, etc. ¿Es que el que se ríe es mejor que nosotros? Nadie en este mundo es mejor que nadie. ¿Y de esas personas nos consideramos amigos? Cuando un amigo tiene que estar para apoyarte y ofrecerse a darte consejo de cómo mejorar o dar un aliento de esperanza o de ánimo para que continúe si en realidad eso le hace feliz.
¿Tan complicado es dar la mano y ayudar? No es que sea difícil, es que siempre se espera a que te la cedan a ti antes de darla tú. Pero en este mundo es en el que vivimos, donde la falsedad, el egoísmo y el amor propio está por encima de todas las cosas.


9 de octubre de 2010

Historia de una noche de Octubre

Era por la noche y tras haber visto durante toda la tarde SAW 6 en italiano subtitulada en español y los dos últimos capítulos de los Pilares de la Tierra, seguía tirado en mi cama con el portátil encendido sin cenar. Cuando de pronto mientras hablaba con mi amigo Joaquín por el chat de tuenti, cuál era mi sorpresa cuando un estruendoso sonido proveniente del balcón de mi habitación hacía presagiar que uno de los cristales de los cierres que en ese momento se encontraban tapando la ropa que mi madre había puesto a secar por la mañana había estallado. Echado en mi cama cerré los ojos mientras los restantes cristales que habían quedado encima de las cajas que allí se encontraban caían al suelo. Me levanté, subí la persiana, abrí la ventana y me llegó un fuerte aroma. Como si de la bala de un cañón se tratase, un gran orificio había en el centro de uno de los cristales y el proyectil lanzado se encontraba a mis pies, una naranja verde. Deslicé mi dedo por el pestillo de otra de las ventanas cuando una multitud de niños que se encontraban mirando la ventana empezaron a gritarme y a decirme que el pequeño culpable huía dirección la estación de autobuses, agudicé mi vista pero sólo veía un pequeño cuerpo correr en la oscuridad dirigiéndose hacia el apeadero.
Llamé a mi padre para que volviera a casa después de haberse ido minutos antes del suceso. Salí a la puerta y me dirigí hacia la parte trasera de mi casa para ver la ventana. Una masa de niñas y niños me abrasaron con sus charlas: “Ha sido un rumano” “Nosotros estábamos allí jugando a fútbol” “Ha salido corriendo hacia allí”, “Ese siempre está metido en problemas”, “Es un niño chico rubito”, etc. Hasta que llegó el comentario que más me hizo gracia me llega un niñito con gafas y me dice “Yo no he sido”, lo miré, le toco la cabeza y le digo no te preocupes jajajaja. Entonces empezaron a llegarme comentarios de un grupo que había a mis espaldas comentando el nombre del susodicho culpable del acto vandálico, no daré el nombre pero se llama como el presidente de un importante club de fútbol pero con el toque aniñado del –ín al final.
Llegó mi padre y fuimos a denunciar. Al parecer el niño ya tenía un amplio archivo delictivo además de que todos los policías lo conocían y nos comentaron que de mayor sería un delincuente de los mayores de Montilla. Contactaron con él y efectivamente como había ocurrido en casos anteriores realizados por él, aceptó su crimen y sus padres en primer plano parece que van a pagar el cristal. Claramente tuvimos que ir a por algunos de los niños que anteriormente me habían acosado con sus comentarios para que, junto con sus padres, fuesen nuestros testigos por si a la mañana siguiente al pequeño pícaro le daba por negar que hubiera sido él.
El razonamiento es claro ¿consentimos demasiado a los niños de la actualidad? ¿Por ser niño vamos a dejarle que haga lo que quiera?  Todo en esta vida tiene sus límites, no porque ahora haya roto un mísero cristal sino porque si esto lo hacen de niños qué no harán de grandes. ¿O es que algunos padres únicamente piensan en ellos mismos olvidándose de la educación de sus hijos?