21 de agosto de 2011

ASÍ SOY YO Y ASÍ ESCRIBO

Miró su hoja de papel tranquilamente, sin inmutarse, sin moverse, sin deslizar la punta de la pluma por aquel folio que se le presentaba delante. Pensaba, tenía la idea pero no sabía cómo expresarla para que todo el mundo la comprendiera. En su mente era magnífica, espléndida, algo que él creía que debía de ser difundida para que todos pudieran apreciarla y disfrutar con ella. Pensando le llegó el miedo al rechazo, lo que para uno podía ser magnífico para otros no pasarían de ser una bobada sin sentido. Una cadena de letras empezó a escribir, la tinta se convertía en un hilo impreso que unía y mostraba palabras. Se expresaba al principio con timidez para que quedase lo mejor posible, pero una vez que se hacía más consistente el texto, ganaba rapidez y confianza por las líneas que más tarde repasaría por si algún detalle faltaba, alguna falta de ortografía, alguna errata, etc. Pensaba que sus líneas darían más rienda a su imaginación y sentía que se deslizaba entre los mínimos espacios que separaban unas palabras de otras. La tinta fluía, el folio se llenaba, la mente se vaciaba, la mano se cansaba y la satisfacción personal aumentaba, sentía que lo que hacía le hacía bien, conseguía ser esa persona que quería ser pero no quería demostrar a nadie, esa persona a la que le era más fácil desnudar el alma escribiendo que con un coloquio que escondiese su manera de ser. Complacido con el pequeño texto que había surgido de su mano lo finalizó y lo revisó. Esbozó una leve sonrisa y se dijo para sí mismo “Así soy yo y así escribo”.

5 de marzo de 2011

EL TIEMPO

Hoy, por la noche, me he puesto a pensar en la cantidad de tiempo que perdemos.

No hay nada más malo que un día que sabes que te hace falta tiempo, te pongas a pensar en los momentos anteriores en los que lo desperdiciaste, no hacías nada, vagueabas, estabas tirado en el sofá, mirabas la televisión sin haber nada que te atrajese, etc. Las prisas, el agobio y la tensión aparecen cuando no dispones de mucho tiempo y hacen que ese momento se te pase más rápido, sin atender con todas tus facultades a lo que realmente deberías de estar prestando atención. El tiempo perdido que no sabemos aprovechar, me da risa, con nuestra frase: “Lo hago mañana, me dará tiempo” o “Si tengo tiempo de sobra”. Qué insensatos llegamos a ser y que mal distribuimos nuestro tiempo.  Lo mismo ocurre con los exámenes: “Si tuviera un día más seguro que lo bordaba”. Siempre nos falta un día pero ese día nunca existe. ¿A quién no le ha ocurrido? Que levanten la mano a cuántos le ocurren (yo el primero).

Pero lo peor de todo ocurre cuando ese tiempo te lo hacen perder otros, es decir, escape de tus posibilidades y actos. Sabiendo que podrías estar realizando algo provechoso para el futuro, que sabes que te serviría y ver que por culpa de una persona ajena a ti no puedes avanzar. Como la típica situación de tener que esperarte por alguien cuando tienes cosas importantes que hacer. Y tu amigo que no aparece o si se presenta es bastante más tarde de la hora en la que habíais quedado. La espera eterna y el remordimiento del tiempo malgastado. ¿Quién nos devuelve el tiempo que por esa persona hemos malgastado y hemos desperdiciado esperando?

Y ahora, que me encuentro escribiendo esta pequeña invención, mi pensamiento me puntualiza: “Mira que hemos perdido tiempo delante de la pantalla pudiendo haber escrito, mira que dejamos al tiempo volar habiendo millones de cosas que hacer, mira que desperdiciamos ocasiones de volver a tocar o ensayar y por holgazanería no lo hicimos”. Si lo hicimos fue porque no pensábamos ni en el calendario ni en el reloj. En definitiva no pensamos, actuamos según nos apetezca en el momento.

Huy que tarde, estoy perdiendo tiempo de dormir… Hasta la próxima locuaces.

17 de enero de 2011

No hay nada más que decir...¡¡SUERTE PARA TODOS!! 
(exceptuándote a tí que estás viendo esto y no estás estudiando)