5 de marzo de 2011

EL TIEMPO

Hoy, por la noche, me he puesto a pensar en la cantidad de tiempo que perdemos.

No hay nada más malo que un día que sabes que te hace falta tiempo, te pongas a pensar en los momentos anteriores en los que lo desperdiciaste, no hacías nada, vagueabas, estabas tirado en el sofá, mirabas la televisión sin haber nada que te atrajese, etc. Las prisas, el agobio y la tensión aparecen cuando no dispones de mucho tiempo y hacen que ese momento se te pase más rápido, sin atender con todas tus facultades a lo que realmente deberías de estar prestando atención. El tiempo perdido que no sabemos aprovechar, me da risa, con nuestra frase: “Lo hago mañana, me dará tiempo” o “Si tengo tiempo de sobra”. Qué insensatos llegamos a ser y que mal distribuimos nuestro tiempo.  Lo mismo ocurre con los exámenes: “Si tuviera un día más seguro que lo bordaba”. Siempre nos falta un día pero ese día nunca existe. ¿A quién no le ha ocurrido? Que levanten la mano a cuántos le ocurren (yo el primero).

Pero lo peor de todo ocurre cuando ese tiempo te lo hacen perder otros, es decir, escape de tus posibilidades y actos. Sabiendo que podrías estar realizando algo provechoso para el futuro, que sabes que te serviría y ver que por culpa de una persona ajena a ti no puedes avanzar. Como la típica situación de tener que esperarte por alguien cuando tienes cosas importantes que hacer. Y tu amigo que no aparece o si se presenta es bastante más tarde de la hora en la que habíais quedado. La espera eterna y el remordimiento del tiempo malgastado. ¿Quién nos devuelve el tiempo que por esa persona hemos malgastado y hemos desperdiciado esperando?

Y ahora, que me encuentro escribiendo esta pequeña invención, mi pensamiento me puntualiza: “Mira que hemos perdido tiempo delante de la pantalla pudiendo haber escrito, mira que dejamos al tiempo volar habiendo millones de cosas que hacer, mira que desperdiciamos ocasiones de volver a tocar o ensayar y por holgazanería no lo hicimos”. Si lo hicimos fue porque no pensábamos ni en el calendario ni en el reloj. En definitiva no pensamos, actuamos según nos apetezca en el momento.

Huy que tarde, estoy perdiendo tiempo de dormir… Hasta la próxima locuaces.

1 comentario: